Una de las preguntas más frecuentes de nuestros pacientes al visitarnos en consulta es que cómo pueden llegar a los 60 con los pies saludables y, sobre todo, funcionales, con unos pies que les permitan disfrutar de su tiempo libre. Esta cuestión nos la han repetido en varias ocasiones y, por este motivo, creemos que es interesante compartir la respuesta.

En primer lugar, creemos que hay cinco partes fundamentales que son protagonistas para lograr el objetivo: piel, uñas, musculatura, huesos-articulaciones y sistema vascular. Pero también influyen directamente y en gran medida estos hábitos: no fumar, seguir una dieta saludable, utilizar un buen calzado, hidratar los pies y realizar ejercicios.

A continuación, os explicamos la relación entre estos hábitos y la salud de nuestros pies para intentar cumplir años y conservarlos lo más sanos posible.

LA PIEL

La piel es el órgano más grande y, al igual que en el resto del cuerpo, en los pies actúa de barrera. Una piel saludable nos protege del posible contagio de microorganismos como virus, bacterias y hongos.

Si queremos tener una piel sana es esencial controlar dos factores muy relacionados entre sí: la hidratación y la sudoración.

Respecto a la hidratación, es muy importante hidratar la piel con una crema específica de pies y os recomendamos que lo hagáis una vez al día, preferiblemente por la noche. Con ello, se consigue una piel elástica, continúa y libre de grietas.

Por otro lado, si hablamos de sudoración, también es fundamental evitar la maceración provocada por el exceso de humedad. Es aconsejable utilizar calcetines que transpiren y que no mantengan ni generen humedad. En la actualidad, existen en el mercado calcetines de tejidos técnicos como, por ejemplo, el tejido Cool-max que nos ayuda a controlar el exceso de humedad en el pie.

Cabe destacar que, para lograr tener unos pies sanos y funcionales, además de mejorar la salud de un paciente en general, se debe evitar el tabaco. Sus efectos los podemos apreciar a simple vista cuando un paciente acude a la consulta puesto que, con cierta facilidad, se sabe si es fumador o no por el aspecto de su piel.

Cuando se inhala nicotina, ésta genera vasoconstricción y disminución del flujo sanguíneo. El monóxido de carbono disminuye el transporte de oxígeno por la sangre y, por tanto, reduce la cantidad que le llega a los tejidos. Las sustancias tóxicas que contiene el tabaco aumentan los radicales libres, los cuales son los elementos químicos nocivos para los componentes celulares, dando lugar a un envejecimiento prematuro de la piel. Además, el tabaco aumenta la viscosidad de la sangre pudiendo causar microcoagulos.

Así pues, el consumo de tabaco puede agravar lesiones plantares tipo IPK (intratable plantar keratoma). Estas lesiones pueden mejorar con diferentes tratamientos como plantillas, infiltraciones, láser, procedimientos quirúrgicos pero la mejoría será mucho más notable si los pacientes dejan de fumar.

 El tabaco envejece la piel, disminuye la hidratación y puede alterar la pigmentación de la piel y de las uñas.

LAS UÑAS

Las uñas son las grandes protectoras de la falange distal y es por eso que también son “las grandes sufridoras”. Pueden recibir al cabo del día, dependiendo del calzado que utilicemos, cientos de traumatismos de repetición y, por este motivo, en la mayoría de ocasiones se estropean cambiando la forma y color (uña negra).

En muchas ocasiones, el paciente acude a la consulta pensando que tiene hongos en las uñas alarmado por su engrosamiento, pero se trata de esos microtraumatismos contra el calzado que hacen que su aspecto cambie. Esto se debe al tipo de calzado (estrecho, con poca altura en la zona del antepié o con la puntera dura) o a la morfología del dedo (extensor del primero corto), aunque también puede suceder porque que se den ambos aspectos a la vez.

El traumatismo puede provocar debilidad en la uña y será más fácil que el hongo pueda afectarla.

Recomendamos el uso de un calzado con las siguientes características:

– Amplio y alto de antepié.

– Sin costuras en la zona anterior.

– Material suave para dar buena adaptación y transpirabilidad.

LA MUSCULATURA

Estamos acostumbrados a oír que debemos ejercitar la musculatura abdominal, los de las piernas y de los brazos pero, en pocas ocasiones, escuchamos que hay que ejercitar la musculatura del pie.

El pie está “enfundado” normalmente, como mínimo, la mitad del día en un calzado que nos suele bloquear los movimientos por su diseño y que inactiva la musculatura intrínseca, musculatura encargada de dar el movimiento a los dedos.

Los dedos son importantísimos para que nuestro cuerpo tenga estabilidad, pero si esta musculatura no la ejercitamos pierde sus funciones y es cuando nos encontramos con pies rígidos, pies con forma de triángulo… problemas provocados por calzados que oprimen e inactivan la musculatura. Por este motivo, debemos mantener el movimiento de los dedosescogiendo un calzado amplio y realizando ejercicios con los dedos , al menos 5 minutos y 3 veces a la semana.

Los ejercicios son muy fáciles pero debemos ser constantes. Se debe de realizar descalzos y sin calcetines, y es importante estar concentrados visualizando la actividad. Algunos ejercicios son:

– Coger un objeto con los dedos del pie como puede ser un bolígrafo, mantenerlo 3 segundos y repetir la acción 3 veces con cada pie.

– Con los dedos de los pies intentar arrugar una toalla colocada en el suelo y devolverla a su situación inicial, repetir el ejercicio 3 veces con cada pie.

– Nos ponemos de puntillas, con los dos pies a la vez y mantenemos la posición 5 segundos y relajamos. Repetimos la acción 5 veces.

Estos son algunos de los ejercicios que se pueden practicar fácilmente en casa y que, a largo plazo, tendrán efectos positivos en la salud de nuestros pies.

HUESOS Y ARTICULACIONES

La alimentación es un factor muy importante para proteger la salud de nuestros huesos y, por ende, de las articulaciones del pie. Este factor es fundamental porque influye tanto en el control del peso corporal como en la ingesta de nutrientes ya que son las vitaminas y minerales necesarios para mantener un hueso sano.

Para que las articulaciones de los dedos no sufran fricción y presión con el calzado y se consiga evitar deformaciones es importantísimo utilizar un zapato adecuado y trabajar la musculatura que les rodea con los ejercicios que se han mencionado anteriormente ya que pueden beneficiar a las articulaciones.

Un correcto tratamiento puede ser una gran ayuda tanto a nivel vascular, muscular,  como articular.

SISTEMA VASCULAR

Respecto al sistema vascular, hay que comentar que es el encargado de transportar la sangre a los tejidos y, por lo tanto el oxígeno. Es importante controlar la alimentación con una dieta saludable, no fumar para evitar problemas como, por ejemplo, la arteriosclerosis que puede generar graves complicaciones en los pies.

Por otro lado, debemos tener cuidado con los calcetines ya que estos no deben presionar para no dificultar la circulación sanguínea. También es recomendable practicar ejercicio como caminar para activar el sistema vascular evitando así el sedentarismo.

Para terminar, se debe comentar que a todas estas recomendaciones aconsejamos visitar al podólogo al menos una vez al año y sería conveniente hacernos un estudio de la pisada. Así pues, siguiendo estas pautas se aumenta la posibilidad de llegar a edades avanzadas con unos pies saludables y funcionales.

Tengamos cuidado de nuestros pies, ellos nos llevan, intentemos que no nos limiten.

 

Jesús Machado | Equilibro Funcional · Tu Clínica de Fisioterapia en Sevilla [Los Bermejales]