Podología en Sevilla: Pies planos y sus 7 claves

Por 14 junio, 2016 Blog No Comments

El pie plano es un pie que presenta una bóveda plantar con menos altura de lo normal. Normalmente se acompaña de un aumento de la anchura de la zona del mediopie, debido a la caída del arco a la zona interna.

¿Tienes pies planos?, ¿crees que puedes tenerlos?, aunque provocan dolor, bien tratados permiten hacer una vida normal. Eso sí, es necesario acudir a un especialista para saber de qué tipo de pie plano se trata  y cuál es el mejor tratamiento.

A continuación, repasamos qué son, causas y consecuencias, síntomas, repercusiones, tratamientos y otras cuestiones que deberías saber sobre esta afección de los pies:

1. Qué es

Un pie plano es un descenso de la bóveda plantar, del arco, se da cuando se tiene menos arco del habitual, y el eje del pie se cae hacia dentro, hacia el dedo gordo. Estas características lo convierten en un pie ‘diésel’, porque aguantan más kilómetros pero no son excesivamente rápidos.

2. Síntomas

Además del aspecto de un pie plano, en el que se puede apreciar que hay menos arco de lo normal, existen otros síntomas que pueden estar indicándonos que sufrimos esta afección:

– Dolor en la musculatura de la zona interna de la pierna: al estar trabajando muy forzado, debido a que el pie cae hacia dentro, se producen tendinitis y duele.

– Dolor en el dorso al hundirse el pie: los huesos en la zona dorsal arriba se pellizcan y se producen picos artrósicos.

3. Causas

Por norma general, nacemos con los pies planos, lo normal es que sea un pie plano flexible y que con el tiempo y el crecimiento del niño se corrija. También puede darse el caso que un adulto, con un pie normal, desarrolle un pie plano normalmente a causa de una disfunción tibial posterior, que es un músculo que sujeta el arco, por lo que si este músculo deja de trabajar, el pie cada vez se cae más hacia dentro.

4. Diagnóstico

Para diagnosticarlo correctamente, existen sistemas de análisis de la huella con plataforma de presiones, de esta manera vemos en el ordenador cómo es la huella y con eso podemos determinarlo el disgnóstico.

Pero lo más importante en un pie plano es su apellido, teniendo tres posibles: flexible, semi flexible o rígido. Para saber de cuál se trata, se realizan diferentes test biomecánicos:

1. Test de Jack: consiste en subir el dedo gordo del paciente y se tiene que formar el arco. Si no se forma, es positivo.

2. Heel Rise Test: al ponerse de puntillas, se tiene que formar arco y el talón irse hacia fuera. Si no se forma, es positivo.

Ambos test negativos: Es un pie plano flexible, lo que quiere decir que tiene un buen pronóstico y que en principio un niño con un pie plano, en edad adulta no lo tendrá, pues hay una probabilidad alta de que se solucione.

Ambos test positivos: Es un pie rígido, un pie plano estructural en el que los huesos están planos, siendo necesario operar. El pie plano rígido puede deberse a dos causas: una es que el astrágalo, en vez de ser horizontal, esté verticalizado; la otra es una coalición tarsal, que quiere decir que, de fábrica, dos huesos del pie han salido unidos y no cogen la forma del puente.

Por último, si sale un test positivo y uno negativo: Se trata de un pie semiflexible que con un buen tratamiento se puede llegar a corregir sin necesidad de operar. En el diagnóstico, existen otros test, como el de pronación máxima o resistencia a supinación, aunque en principio con estos se puede clasificar.

5. Tratamientos

En niños, lo más importante es hacer un buen diagnóstico, porque puede ser un pie que se pueda corregir con ejercicios de potenciación, pero en cambio otro pie plano a partir de los 4 años, ya hay que empezar a hacer plantillas para cambiar los ejes de alineación del pie y que esos músculos empiecen a trabajar diferente, y en otros casos valorar la operación.

Y en adultos, lo más importante es hacer una buena plantilla que minimizará las consecuencias de un pie plano.

La incorporación de la tecnología a la podología también ayuda. Gracias al 3D Scan Sport Podoactiva, hace que las plantillas, como las que fabrican para nuestra clínica, que son elásticas, flexibles, como un muelle y adaptadas al peso de cada uno, permitan que el pie se recoloque y sea lo más funcional posible.

Los tratamientos siempre deben ir asociados a ejercicios tanto de estiramientos como de potenciación. La posible operación sería otro tratamiento, siempre partiendo de un buen estudio biomecánico y valorando todas las posibilidades.

6. Afectación

En niños, es decir, cuando es ‘de fábrica’, está bastante igualada su aparición en ambos sexos.

En edad adulta, hay más mujeres a las que se les aplanan los pies, sobre todo debido muchas veces a la situación posterior a los embarazos o la menopausia, porque se relajan más los ligamentos y hay más probabilidad de que se convierta en un pie plano.

7. Repercusiones en la salud

Los pies son los cimientos y toda la estructura va a estar afectada.

Una repercusión clara es el cansancio, porque lleva una carga de desgaste energético mucho más alta que un pie normal, costando mucho esfuerzo caminar, y más cuando uno ya está cansado la sensación es de que camina arrastrando los pies.

También puede darse pesadez de piernas, tanto por problemas de retorno de circulación como por tensión muscular en el gemelo, pantorrilla, zona interna de la pierna.

Otro aspecto muy importante es que, al caer el pie hacia dentro, saca la rodilla de su eje de trabajo. Un pie tiene 26 huesos y aunque sea plano tiene más o menos capacidad de adaptación, una rodilla es una bisagra, y si no va recta va a rozar, y si roza se gasta.  Lo que sucede es que la rodilla se gira hacia dentro y es muy fácil asociar un pie plano con un genu (rodilla) valgo, las rodillas en x que van hacia dentro.

Por último, en la espalda también podemos notar las consecuencias de un pie plano, pues la actitud siempre es mucho más cifótica porque se tiende a ir más echado hacia delante.

Si necesitas más información recuerda que puedes contactar con tu Clínica de Fisioterapia en Sevilla. Jesús Machado Equilibrio Funcional.